El dolor articular puede presentarse en cualquiera de las articulaciones que componen el esqueleto. Es un síntoma que tiene una localización, intensidad y duración muy variables, y puede aparecer asociado con otros signos o en solitario. Aquí explicaremos sus características, para ayudarte a conocerlo mejor.
¿Cómo puede ser el dolor articular?
Cuando este malestar se presenta únicamente en una articulación se le da el nombre médico de artralgia monoarticular. De ocurrir en dos, tres o cuatro distintas, se denomina oligoartralgia, y si es en más, poliartralgia.
¿Cuáles son sus particularidades?
La forma de presentación del dolor es muy importante y ayuda a determinar cuál es el diagnóstico. La intensidad, la distribución, la duración y su relación con el reposo o la actividad es una información esencial para el médico. Estos son sus rasgos más importantes:
- Por su intensidad es leve, moderado o acentuado.
- Duración: es agudo si dura días o semanas, y crónico si se extiende a lo largo de varios meses o por más tiempo.
- Relación con el reposo: puede mejorar, si se trata de una dolencia mecánica, como la artrosis u osteoartritis, o empeorar, si hablamos de una artritis, que es una enfermedad inflamatoria.
- Rigidez de las articulaciones: si dura más de 45 minutos, es posible que se trate de un proceso inflamatorio. Si desaparece en media hora, indica osteoartritis.
- Presencia de síntomas de inflamación.
- Limitación del rango de movimiento y su grado.
- Hipersensibilidad cuando se ejerce presión.
- Crepitaciones que aparecen con el movimiento.
- Presencia o no de síntomas asociados.
¿Cuáles son los síntomas asociados?
Ciertas molestias que acompañan al dolor también constituyen datos de relevancia. Tomados en conjunto, sugieren el origen, pero también la extensión del daño en la articulación afectada. Por ejemplo, en las artritis hay signos de inflamación, que son la hinchazón, el calor local y el enrojecimiento.
En algunos casos se presentan síntomas extraarticulares, es decir, no relacionados directamente con las articulaciones. Estos síntomas incluyen lesiones cutáneas, alteraciones oculares, fiebre, inapetencia, pérdida de peso involuntaria, boca seca o fatiga crónica.
Son signos que generalmente indican que la causa es una enfermedad autoinmune, como el lupus. En los trastornos de origen neuropático, debidos a una alteración de la inervación, al dolor se suman entumecimiento, hormigueos y atrofia muscular en la zona.
¿Cómo se realiza la evaluación del dolor articular?
Se cree que más de la mitad de las enfermedades osteomusculares generan incapacidad laboral. Por otra parte, representan un número importante de las consultas de adultos, que se estima en un 33 %, además de los tratamientos y las hospitalizaciones.
Cuando acudas al consultorio por dolor en las articulaciones, el médico revisará tus antecedentes y efectuará un reconocimiento físico. Además, te hará una serie de preguntas:
- ¿Qué articulaciones están doloridas?
- ¿Cuándo empezó?
- ¿Qué intensidad tiene? ¿Te permite hacer las actividades cotidianas o dormir bien?
- ¿Qué lo desencadena?
- ¿Qué haces para calmar el dolor?
- ¿Cuándo cesa el dolor?
Con estas respuestas más los datos de la evaluación, es posible acercarnos a un diagnóstico. Es habitual que se soliciten análisis de sangre y estudios de imagenología, como las radiografías o una resonancia magnética. Tienen el propósito de confirmar el diagnóstico presuntivo.
Cuidados generales
Existen muchos factores que contribuyen a que el dolor de las articulaciones no se presente o no se agrave. Practicar algún tipo de ejercicio aeróbico ligero, como caminar o nadar, es de gran ayuda para mantener la flexibilidad, el tono y la fuerza muscular. Las ayudas técnicas facilitan la movilidad y son esenciales para disminuir el riesgo de tener una caída.
Entre muchos ejemplos, las plantillas sirven para amortiguar la pisada, disminuyendo el impacto de la marcha, y también corrigen algunas desviaciones. Las férulas brindan soporte y protegen las articulaciones, aspectos muy importantes cuando estás en un proceso de recuperación o el dolor es muy agudo.
Un tema de gran relevancia es la higiene postural. Se trata del conjunto de recomendaciones útiles para mantener una correcta alineación de las articulaciones. Cuando la postura es la adecuada no provoca dolor, mientras que contribuye al equilibrio y a una mejor distribución de las cargas. Esto sucede tanto en las situaciones estáticas como en las dinámicas.
La dieta es fundamental para tener el peso adecuado, especialmente en el caso de las artrosis. Por otra parte, aumenta el consumo de alimentos con ácidos grasos omega-3, que ayudan a controlar la inflamación. Además, añade más frutas y vegetales a tus menús, porque la vitamina C tiene efecto protector sobre el cartílago gracias a su acción antioxidante.
Como has podido ver, el dolor articular es una dolencia compleja que debe ser evaluada cuidadosamente, junto con los posibles síntomas asociados. Llevar un estilo de vida saludable, con una alimentación sana y ejercicio frecuente, contribuye a aliviarlo. ¡Cuenta con los complementos alimenticios de Phytogen Medical Foods, que encontrarás al entrar en nuestra web!