Los complementos alimenticios son productos para consumo humano que cumplen una función en el ámbito de la salud. Por este motivo, deben estar elaborados y comercializados bajo ciertas condiciones para ofrecer garantías a sus consumidores. A continuación, encontrarás información muy interesante al respecto.
Las claves de un buen complemento alimenticio
Estos preparados suelen contener combinaciones variables de ácidos grasos esenciales, minerales, vitaminas, aminoácidos, proteínas, carbohidratos o fibra en alta concentración. Se administran en presentaciones fáciles de dosificar, como cápsulas, comprimidos, polvo, viales o líquidos. Además, tienen distintos propósitos, ya que aportan sustancias con funciones nutricionales o fisiológicas específicas para satisfacer requerimientos especiales o complementar la dieta. En todo caso, no pueden sustituir a una alimentación equilibrada y variada.
Sin embargo, las investigaciones demuestran que, en la práctica, hay necesidades específicas que, en muchos casos, pueden ser satisfechas por estos productos, bien sea con un ingrediente único o en mezclas. Por otra parte, para ser eficaces, deben cumplir determinados requisitos.
Biodisponibilidad
Cuando una sustancia ingresa al organismo, ha de alcanzar los tejidos durante el tiempo suficiente y en la cantidad necesaria para ejercer su efecto, también llamada biodisponibilidad. A grandes rasgos, este término se define como el porcentaje del principio activo que llega al lugar de acción después de administrar una dosis.
Existen dos mecanismos principales que determinan una baja biodisponibilidad. El primero es la absorción en el intestino, que puede ser lenta por factores de la mucosa o las características fisicoquímicas del compuesto. El segundo es el proceso metabólico, que descompone el principio activo en metabolitos que no poseen su efecto.
En consecuencia, un buen complemento se caracteriza por tener una alta biodisponibilidad para ser eficaz. En algunos casos, la combinación con determinados ingredientes la mejora. Un buen ejemplo es Olimina3 de Phytogen Medical Foods, un producto con polifenoles del aceite de oliva y ácidos grasos omega-3, que aseguran ºla rápida absorción de la curcumina.
Ingredientes contrastados con estudios clínicos
Uno de los aspectos más importantes de estas soluciones alimenticias es su composición. Bien sea a base de un ingrediente único o de una combinación de varios, es esencial que los efectos de cada uno hayan sido demostrados mediante un estudio clínico (o varios) que garantice, además, que su ingesta sea segura.
Una de las preocupaciones a la hora de tomar estos productos es la posibilidad de que se generen reacciones adversas. Este riesgo debe haberse descartado antes de la fase de comercialización. Según la normativa en vigencia, la veracidad de las declaraciones sobre efectos nutricionales o saludables debe estar científicamente demostrada. Algunos ejemplos son: “contribuye al rendimiento intelectual” o “contrarresta la desmineralización ósea”. Estas normas se encuentran establecidas en el Reglamento 1924/2006 o de Claims.
Fórmulas patentadas
Ante la gran cantidad de complementos alimenticios disponibles en el mercado, es conveniente que elijas siempre los que cuenten con una patente. Este instrumento legal protege tanto a la empresa fabricante como al consumidor, ya que, de esta manera, es posible distinguir las copias de los productos originales y sujetos a las normativas.
En la actualidad, el consumidor busca soluciones que ofrezcan seguridad y resultados y que, además, sean distribuidos a través de canales fiables. Ahora bien, esta garantía solo puede demostrarse mediante la regulación de los procedimientos productivos, así como la calidad y concentración de los ingredientes. Asimismo, muchas de las patentes protegen largos, exigentes y costosos procesos de investigación y se otorgan a tecnologías muy avanzadas.
Un requisito muy importante es asegurarte de que la comercialización del artículo que piensas adquirir sea legal en España. Para comprobarlo, no dudes en utilizar el buscador que está en la página de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
El etiquetado de los complementos alimenticios
Siempre debes leer la etiqueta del producto que estés pensando adquirir. No en vano, contiene información fundamental que te ayudará a decidir si es realmente lo que necesitas. Es obligatorio que figuren, en concreto, las siguientes informaciones:
- Nombre.
- Razón social de la empresa y su dirección.
- Denominación de los ingredientes y dosis diaria recomendada.
- Modo de empleo.
- Fecha de caducidad.
- Número de lote.
- Condiciones para su conservación.
- Advertencias de seguridad.
Existen algunos datos que te darán una idea de la importancia que estos productos han alcanzado. Según fuentes fiables, el 70 % de los españoles los consume, aunque no siempre han consultado con un médico para indagar acerca de las posibles contraindicaciones que pudiera generar su toma.
Los de uso más frecuente son los complejos vitamínicos, el calcio y los ácidos grasos omega-3. La razón para tomarlos es, sobre todo, mejorar el estado general de salud. Otros motivos son tener más energía, fortalecer el esqueleto y los músculos o bajar de peso.
En resumen, los complementos alimenticios de calidad pueden ayudarte a tener una vida más saludable. Ahora bien, infórmate bien y adquiere siempre aquellos que te proporcionen garantías.