El dolor articular es un síntoma frecuente que puede ser muy molesto y a veces incapacitante. Es causado por una gran variedad de patologías o traumatismos y se acompaña de manifestaciones clínicas muy diversas. En este artículo, vamos a hablarte de sus aspectos más relevantes.
¿Qué es la artralgia?
El dolor en las articulaciones recibe el nombre médico de artralgia. Cuando acudas a un reconocimiento por esta razón, el reumatólogo recabará muchos datos que le permitirán orientar el diagnóstico.
Por ejemplo, es importante saber si las molestias son consecuencia de esfuerzos o movimientos; si ceden o continúan con el reposo, si afectan a una articulación o varias y si hay otros signos articulares. Entre estos últimos, destacan los siguientes:
- Limitación del rango de movimientos.
- Rigidez articular en relación con el reposo.
- Síntomas de inflamación: enrojecimiento, aumento de volumen, calor local.
- Ardor, hormigueos, crujidos o entumecimiento.
También es necesario evaluar el estado general, pues algunas artralgias se asocian con fiebre, fatiga, inapetencia, lesiones cutáneas o pérdida de peso. Normalmente, esto ocurre cuando el origen es una enfermedad autoinmune.
Causas del dolor articular
Muchas veces el dolor articular se debe a traumatismos o sobrecarga mecánica producida por un esfuerzo laboral o deportivo. Es posible que involucre una o dos articulaciones y existe una relación temporal estrecha con la causa. Por otra parte, las enfermedades que con más frecuencia generan molestias articulares son las siguientes:
- Trastornos metabólicos con acumulación de cristales: gota y pseudogota.
- Patologías degenerativas: artrosis.
- Causas mecánicas: fracturas, bursitis, esguinces y tendinitis.
- Infecciones virales como la hepatitis la influenza y la rubeola, o de otro origen, como en la osteomielitis y la artritis séptica.
- Fibromialgia.
- Enfermedades autoinmunes: lupus y artritis reumatoide.
Artritis, artrosis y poliartralgia
Es fundamental que conozcas los diferentes términos porque a veces se emplean de forma inadecuada. En general, las articulaciones pueden enfermar de dos maneras: hay inflamación, o artritis, o bien degeneración, llamada artrosis.
Cuando la inflamación de las articulaciones se debe a una patología sistémica, es frecuente encontrar que hay varias afectadas. Este síntoma recibe el nombre de poliartralgia.
¿Qué es la artritis?
La lesión más característica de este grupo de enfermedades es la inflamación de la membrana sinovial. Se trata de un tipo de tejido conectivo que forma bolsas llenas de líquido sinovial, las cuales protegen del roce. La artritis puede ser aguda o crónica y muchas veces remite hasta desaparecer.
Cuando está activa produce un dolor constante que no cede con el reposo y empeora con la actividad. Además, puedes observar aumento de volumen, calor local o enrojecimiento y una presentación simétrica en ambos lados del cuerpo. Dependiendo de la causa, se asocia a signos de enfermedad sistémica: pérdida de peso involuntaria, fiebre, fatiga o lesiones cutáneas
¿Cuándo decimos que hay artrosis?
En la artrosis, también llamada osteoartritis, lo que ocurre es un desgaste articular, principalmente en la capa de cartílago que cubre las superficies óseas. Sirve para preservar del roce que se produce con el movimiento a fin de que sea suave.
Se trata de una patología degenerativa, progresiva e irreversible, que suele presentarse en las articulaciones más sobrecargadas. Entre las más habituales figuran el tobillo, la rodilla, la cadera o la columna lumbar.
Cursa con dolor crónico que cede con el reposo y empeora con la actividad. Generalmente, no hay signos de inflamación asociados locales ni síntomas sistémicos. Sin embargo, en etapas avanzadas, se observan deformidad de la articulación y atrofia muscular.
Has de saber que, en España, la artrosis representa la cuarta parte de los pacientes de reumatología y la mitad de la población mayor de 50 años muestra signos radiológicos sugestivos.
Pese a que esta enfermedad no es hereditaria, hay un riesgo de padecerla que sí lo es. Es altamente probable que se sufra cuando existen factores predisponentes:
- Lesiones mal consolidadas que causan desgaste con posterioridad.
- Obesidad o sobrepeso.
- Malas posturas sostenidas.
- La sobrecarga laboral o deportiva.
- Edad avanzada.
- La hemofilia, cuando hay sangrado articular de manera repetida.
Tratamiento de las patologías articulares
Calmar el dolor es uno de los aspectos más importantes en el tratamiento de las patologías articulares, ya que en muchas ocasiones es intenso, limita la actividad y afecta a la calidad de vida. Los medicamentos antiinflamatorios son los más usados en estos casos, pero dependiendo de la causa es posible que se precise administrar corticosteroides.
El reposo, la fisioterapia, la aplicación de frío local, el ejercicio moderado y bajar de peso son factores que te ayudan a aliviar el dolor. A veces, los complementos alimenticios formulados para la inflamación articular pueden atenuar los síntomas.
El dolor articular es un problema muy generalizado, que padecen personas de todas las edades, pero es más frecuente en las mayores. Cuando es causado por alguna enfermedad crónica, representa un deterioro en la calidad de vida para quien lo sufre y una gran inversión en servicios de salud para el estado. Visita nuestra página, donde encontrarás más información acerca de este y otros temas de salud.