La osteoartritis es la causa más frecuente de dolor articular. Se trata de una enfermedad crónica, bastante común en las personas mayores, por la que los tejidos de la articulación se deterioran progresivamente. Dada su importancia, es conveniente que la conozcas un poco mejor. ¡No te pierdas este artículo!
¿Qué es la osteoartritis?
Se trata de una patología degenerativa e irreversible, que también recibe el nombre de artrosis. Según los datos que proporciona la Organización Mundial de la Salud, el envejecimiento de la población y el aumento de la obesidad incrementarán su incidencia. Más del 70 % de las personas con esta dolencia son mayores de 55 años, aunque no es una consecuencia inevitable de la edad.
¿Cuáles son sus causas?
Con el paso del tiempo y el uso de la articulación, el cartílago que cubre las superficies de roce de los huesos comienza a deteriorarse. Se reblandece y pierde su elasticidad, desgastándose de forma paulatina.
Al principio, cuando el problema aún es potencialmente reversible, no hay dolor, puesto que este tejido no lo genera. Más adelante, al avanzar la enfermedad, se hace irreversible porque el cartílago desaparece por completo y los huesos entran en contacto directo.
Cuando esto sucede, las superficies óseas se erosionan y se produce una remodelación con crecimientos laterales, llamados osteofitos, que deforman la articulación. De forma simultánea, la membrana sinovial produce un líquido menos viscoso, que no lubrica lo suficiente.
Esta degeneración articular es característica de la osteoartrosis y la diferencia de los distintos tipos de artritis, en las que el mecanismo anormal es la inflamación. A su vez, estos factores inciden acelerando el proceso:
- Uso excesivo, con movimientos repetitivos o sobrecarga mecánica.
- La obesidad y el sobrepeso.
- Antecedentes de lesiones articulares.
- Sexo femenino, ya que afecta con más frecuencia a las mujeres.
- Articulaciones que no se han desarrollado de forma correcta.
- Antecedentes familiares.
Síntomas comunes
Aunque cualquier articulación puede lesionarse, lo más común es que ocurra en las sometidas a mucho movimiento o en las que soportan más peso. Entre ellas, la de la base del pulgar, los tobillos, las caderas, las rodillas y la columna lumbar. El dolor articular que aparece con la actividad y cesa en reposo es el principal síntoma. Además, puedes sentir lo siguiente:
- Rigidez articular breve, que dura menos de 30 minutos, después de un período de descanso o al levantarte por la mañana.
- Dolor nocturno en las etapas avanzadas.
- Hinchazón en la zona, particularmente si hubo mucha actividad.
- Limitación del rango de movimientos.
- Sensación de inestabilidad o crepitaciones.
- Hipersensibilidad al tocar la articulación.
- Presencia de bultos duros cerca de la articulación, que son los osteofitos.
La evolución es distinta en cada paciente, según sus circunstancias particulares. En algunos casos el impacto en la calidad de vida es bajo, mientras que en otros pueden cursar diversos grados de discapacidad. A medida que los síntomas empeoran, las actividades cotidianas pueden ser más costosas de completar.
¿Cómo se llega al diagnóstico?
Durante el reconocimiento, el traumatólogo evaluará tu articulación para determinar el grado de inflamación, el dolor y el rango de movilidad. Además, es necesario hacer algunos estudios y análisis.
Imagenología
Las radiografías no son útiles para evaluar directamente el cartílago, pero evidencian un estrechamiento en el espacio entre los huesos cuando está deteriorado. Además, sirven para identificar los osteofitos. La resonancia magnética aporta imágenes detalladas de los tejidos blandos y de los huesos, que corroboran el diagnóstico.
Análisis de laboratorio
No hay un análisis de sangre que sirva para diagnosticar la artrosis. Sin embargo, pueden hacerse para descartar otras enfermedades articulares, como las de origen autoinmune o la gota.
Tratamientos disponibles
Como es una enfermedad irreversible, el tratamiento se enfoca en calmar el dolor y conservar la función articular. La aplicación de frío y calor alternos ayuda a desinflamar y a mitigar el dolor, así como el uso de antiinflamatorios por vía oral.
Terapias
La fisioterapia puede ser de gran utilidad para relajar y fortalecer la musculatura de la zona, recuperando parte de la movilidad. Igualmente, contribuyen a esto los ejercicios de bajo impacto, como nadar o caminar. La terapia ocupacional puede ayudarte a hacer las tareas cotidianas de forma tal que se reduzcan el dolor y el esfuerzo requeridos para llevarlas a cabo.
Procedimientos quirúrgicos
Las inyecciones de ácido hialurónico dentro de la articulación disminuyen el roce y calman los síntomas durante un tiempo prolongado. La cirugía puede proveer de una mejoría notable de los síntomas y de la función. Las técnicas más utilizadas son la realineación de los huesos y el reemplazo articular por elementos metálicos.
Complementos alimenticios para la osteoartritis: el caso de OLIMINAFlex
En el manejo de la osteoartritis, los complementos alimenticios pueden desempeñar un papel importante como apoyo al tratamiento convencional. OLIMINAFlex, desarrollado por Phytogen Medical Foods, es un suplemento diseñado para aliviar el dolor articular y mejorar la movilidad. Su fórmula combina ingredientes como omega-3, curcumina, hidroxitirosol, colágeno, manganeso y vitamina D, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y beneficiosas para la salud articular. Un estudio clínico realizado en 100 pacientes con osteoartritis avala su efecto positivo en el alivio del dolor, y destaca que OLIMINAFlex no presenta efectos secundarios. Este suplemento se presenta como una opción segura y efectiva para quienes buscan mejorar su calidad de vida frente a los síntomas de la osteoartritis.
Como ves, el dolor articular asociado a la artrosis es muy común, especialmente en la tercera edad. Si padeces síntomas como los que hemos descrito, consulta con tu traumatólogo para que te haga una evaluación. En la web de Phytogen Medical Foods hallarás más artículos relacionados con estos temas. ¡No te los pierdas!