El dolor articular no es una enfermedad en sÃ, sino un sÃntoma que aparece debido a muchas circunstancias o enfermedades. Provoca molestias que, en ciertas personas, pueden dificultar el normal desenvolvimiento cotidiano e incidir negativamente en la calidad de vida. En este artÃculo te hablaremos de ese tema y mucho más.
¿Cuándo aparece el dolor articular?
Este signo se puede presentar de muchas formas, bien sea afectando a una sola articulación o a varias. A veces es un dolor agudo y otras evoluciona de forma crónica. Además, algunos cuadros clÃnicos son más frecuentes a edades avanzadas, mientras que otros predominan en las personas jóvenes.
Los movimientos repetitivos o la sobrecarga generan inflamación de las estructuras articulares, problema que ocurre frecuentemente debido a las actividades deportivas o al trabajo mal ejecutados. El dolor de manos, agudo y que cede con el reposo, es una de las posibles consecuencias.
Sin embargo, existen dos casos que tienen más relevancia que los demás, como la osteoartritis y la artritis. Aunque a veces se utilizan estos términos como si fueran equivalentes, tienen distintos orÃgenes y, por lo tanto, su tratamiento también es diferente.
¿Qué es la artritis?
La artritis puede definirse como la inflamación de la membrana sinovial. Este elemento anatómico consiste en una capa de tejido que recubre las superficies internas de cada articulación. Segrega lÃquido sinovial, rico en ácido hialurónico, cuya función es lubricar el cartÃlago articular para facilitar el deslizamiento.
En su evolución, las artritis afectan principalmente a las articulaciones pequeñas. Al dolor, que suele ser constante, se añaden otros sÃntomas como enrojecimiento, hinchazón y aumento de la temperatura local.
En las de origen autoinmune hay, además, sÃntomas extraarticulares, como fiebre, fatiga crónica o pérdida de peso. El tratamiento se dirige a resolver o paliar las causas de la reacción inflamatoria, que son varias, como verás a continuación:
Autoinmunes
En estas patologÃas, el sistema inmunitario produce anticuerpos que atacan los tejidos del propio organismo. La artritis juvenil y la reumatoide son dos enfermedades relativamente frecuentes, en las que se inflaman principalmente las manos y los pies.
Microcristales en las articulaciones
La gota se caracteriza por la formación de cristales de ácido úrico que precipitan en los tejidos articulares. Ocurre sobre todo en los pies, muñecas, codos y manos, produciendo enrojecimiento, aumento de volumen y dolor.
En el caso de la pseudogota, el mineral es pirofosfato de calcio y suele depositarse en las articulaciones de mayor tamaño, produciendo comúnmente dolor de rodilla o de muñecas.
De origen infeccioso
Este tipo de artritis recibe el nombre de séptica. Los microorganismos involucrados pueden ser bacterias, hongos, virus o parásitos. Una variedad es la artritis reactiva, que es consecuencia de una infección que se ha diseminado desde las vÃas urinarias o el intestino.
Osteoartritis o artrosis
Esta alteración articular se debe al desgaste y envejecimiento del cartÃlago que recubre las superficies óseas. Es una enfermedad progresiva, incapacitante y que no tiene cura, ya que no hay manera de regenerarlo. En las fases muy avanzadas, la articulación se deforma y llega a perder la movilidad.
La artrosis se observa con más frecuencia en las coyunturas sometidas a más carga, por ser las que soportan mayor peso. Es frecuente en las caderas, las rodillas, la columna lumbar y la cervical. El dolor de hombro puede ser generado por una artrosis glenohumeral, que cursa con los sÃntomas ya descritos y pérdida de fuerza en el brazo.
Entre los sÃntomas, figura el dolor que empeora con el movimiento y cede con el reposo, los antiinflamatorios o la aplicación de compresas frÃas. Los crujidos y crepitaciones son sÃntomas frecuentes, asà como la formación de osteofitos, o excrecencias de tejido óseo. La rigidez aparece después de un perÃodo de inactividad y dura aproximadamente media hora.
El tratamiento de las artrosis va dirigido a mejorar los sÃntomas, hacer más lento el proceso degenerativo y mantener la función articular. Es fundamental hacer ejercicio y mantener el peso correcto para evitar su impacto sobre las articulaciones. La fisioterapia es de gran ayuda para mantener la flexibilidad y el tono muscular.
Consecuencias sociales de la osteoartritis
La Organización Mundial de la Salud asegura que la osteoartritis afecta al 80 % de las personas mayores de 65 años en los paÃses industrializados. Con expectativas de vida cada vez más altas, se estima que esta enfermedad será una de las más importantes causas de discapacidad en el mundo.
En España, esta patologÃa afecta al 10 % de la población y una cuarta parte de estos pacientes tiene limitaciones severas. El resultado es la utilización de enormes recursos sanitarios y la pérdida de horas laborables.
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