Siempre hemos oído hablar de que una alimentación sana y equilibrada es clave para tener una buena salud. Sin embargo, la mayoría de las personas desconoce en qué consiste y cómo influye realmente en nuestro bienestar. Si eres una de esas personas, has llegado al lugar indicado. A lo largo de este artículo, intentaremos explicarte más sobre los beneficios de una buena alimentación y cómo puede convertirse en una aliada en la prevención de enfermedades.

¿En qué consiste una alimentación sana y equilibrada?

Empecemos por el principio, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de llevar una alimentación saludable? Para responder a esta pregunta, debemos tener en cuenta nuestra biología. Para que nuestro organismo funcione correctamente, necesita obtener multitud de nutrientes que, por supuesto, adquirimos a través de lo que comemos. De hecho, los hábitos alimentarios saludables comienzan con la lactancia materna. No contribuye solamente al crecimiento sano y al desarrollo cognitivo del recién nacido, sino que sus beneficios perduran a largo plazo. Por ejemplo, reduce el riesgo de sobrepeso y otras enfermedades a lo largo de la vida.

Dicho esto, nuestra alimentación debe responder a dos premisas básicas:

• Lo que comemos debe contener la cantidad y la variedad idónea de nutrientes con las que cubrir nuestras necesidades. Aquí entrarían las vitaminas, minerales, grasas, proteínas y, por supuesto, los hidratos de carbono. Todos estos deben estar en cantidades proporcionadas entre sí.
• La cantidad de calorías ingerida debe ser suficiente para garantizar nuestra actividad diaria, así como el correcto funcionamiento de nuestro organismo. De igual modo, ha de estar en consonancia con el gasto calórico que realizamos a lo largo del día para evitar un aumento malsano de peso.

Con estas premisas en mente, no es de extrañar que hayas pensado en la dieta mediterránea. Este modo tradicional de alimentarse que tenían los habitantes de la cuenca del mar Mediterráneo ha llegado hasta nuestros días no solo por su sabor, también por sus increíbles propiedades nutritivas. Tanto es así que ha sido nombrada en múltiples ocasiones por U.S. News & World Report como la mejor dieta del mundo.

Características de la Dieta Mediterránea

Si te has criado en España, habrás estado en contacto con esta forma de entender la alimentación desde bien pequeño. Al fin y al cabo, la cocina española se basa fundamentalmente en la dieta mediterránea. Sin duda, una gran opción si te estás planteando cuidar de tu salud. Te contamos qué es lo que la hace tan especial:

• La alimentación está basada en el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
• Esta dieta es rica en grasas saludables y omega3 como el aceite de oliva, el pescado azul o los frutos secos.
• Muchos alimentos forman parte de esta dieta, por lo que proporciona una gran variedad de combinaciones y, por lo tanto, nutrientes.

La alimentación, la mejor protección contra enfermedades

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), así es como influye la dieta mediterránea en nuestra salud.

Combate la malnutrición

Este concepto hace referencia a diversos escenarios. Por un lado, la desnutrición, que es lo que ocurre cuando existe insuficiencia ponderal, retraso del crecimiento o emaciación. Por otro, la obesidad y el sobrepeso, así como desequilibrios de vitaminas y minerales y enfermedades relacionadas con la alimentación.

Según datos de la OMS, 1900 millones de adultos presentan problemas de sobrepeso u obesidad, lo que contrasta con los 462 millones de individuos que sufren todo lo contrario, infrapeso. En este contexto, hablamos de dos caras del mismo problema: la malnutrición.

Previene enfermedades no transmitibles

Alimentos como al azúcar, la sal y las grasas son responsables de multitud de problemas de salud. De ahí la necesidad de contar con un estilo de vida y una dieta saludable que regule la ingesta de este tipo de sustancias.

Llevar una alimentación equilibrada también supone una gran ayuda en la prevención de enfermedades no transmitibles. Es el caso de los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión, las cardiopatías, la diabetes e, incluso, la depresión y el cáncer.

De hecho, no son pocas las investigaciones que relacionan la alimentación con el cáncer. El estudio “Alimentación y cáncer” publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, apunta que hasta un 30 % de los casos de cáncer son causados por la dieta. Así mismo, existen análisis donde se pone en valor la dieta mediterránea como medida de prevención en el desarrollo del cáncer de mama.

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